Los termostatos son dispositivos de gran utilidad y aplicación en múltiples sectores e instalaciones. Si nos paramos a pensar, prácticamente todas las instalaciones donde desarrollamos gran parte de nuestra vida cotidiana tienen instalados estos dispositivos para poder disfrutar de una temperatura ambiente adecuada, pudiendo así desarrollar en ellos una actividad con el máximo grado de confort y satisfacción por parte del usuario. Es el caso de hogares y viviendas, oficinas, comercios, hospitales, hoteles, gimnasios, colegios, …

Son dispositivos destinados tanto a la regulación de calefacción como de aire acondicionado. Es en invierno cuando hacemos uso de ellos para mantener nuestro ambiente a una temperatura ideal para no pasar frío, y en verano recurrimos a ellos para no tener que pasar calor y poder estar frescos pese a las elevadas temperaturas de esta estación.

Ahorro energético

El principal objetivo de la calefacción es aportar calor al interior de un hogar o establecimiento. Es un proceso costoso por lo que debemos ser lo más eficientes posible en la manera de conseguir ese calor y mantener la estancia cálida. La forma más común de conseguirlo es mediante los termostatos de ambiente, los cuales en su versión más simple, constan de un elemento sensible que para o arranca la caldera cuando se hayan alcanzado, o no, las temperaturas de consigna; con esta solución es el propio usuario quien debe poner en marcha la instalación en el horario en que desee activar el servicio.

Una opción más avanzada son los cronotermostatos de ambiente que incluyen en el mismo equipo el termostato y el programador horario; con ellos se pueden programar al mismo tiempo los horarios y temperaturas de funcionamiento.

Son dispositivos que ofrecen gran comodidad y múltiples ventajas al usuario, pero además contribuyen de forma notable al ahorro energético, reduciendo en gran medida el consumo energético y económico siempre que se haga un uso adecuado de ellos.

Ahorros económicos y eficiencia energética

Los consumos en calefacción y aire acondicionado, especialmente en los hogares, representan casi el 50% del consumo energético en España en dicho sector.

Empleando en dichas instalaciones los dispositivos de control adecuados podemos llegar a conseguir ahorros de hasta un 30% del total del consumo con termostatos y hasta un 40% con cronotermostatos.

Por cada 1ºC de aumento en verano, se podrá ahorrar entre 6-7% de energía al adecuar el termostato del aire acondicionado a 25ºC.

Por cada 1ºC de disminución en invierno, se podrá ahorrar entre 6-7% de energía al bajar el termostato de la calefacción a 19º o 20ºC.

En cualquier caso, debe tenerse en cuenta que una diferencia térmica con el exterior mayor a 12ºC no es saludable, haciendo que el ambiente no esté en las mejores condiciones para el desarrollo de la actividad en él.

Consejos útiles de instalación

Ubicación del termostato

El termostato suele ser instalado o colocado en la sala o recinto de mayor carga térmica, en el caso de una vivienda suele ser el salón. Ahora bien, esta ubicación a veces crea problemas de funcionamiento, por lo que es conveniente analizar más detenidamente el punto idóneo.

Si el termostato se sitúa en una habitación con orientación sur, percibirá temperaturas mayores en los días despejados, por tanto ordenará a la caldera parar su funcionamiento, independientemente de la temperatura que haya en el resto de habitaciones que tiene orientación distinta a la sur.

Puede suceder el mismo error si una habitación cuenta con mucha carga térmica provocada por iluminación excesiva o equipos eléctricos que generen calor (electrodomésticos, ordenadores…). Si el termostato está situado en esta habitación, interpreta que la temperatura general es mayor de la que realmente existe en el resto de la casa y ordena apagar la caldera, alejando al resto del hogar de la temperatura de confort.

Para evitar este tipo de incidencias vamos a proponer unas directrices básicas a seguir para la mejor ubicación del termostato:

– El termostato debe estar situado de forma que su medida no sea falseada, alejado de fuentes de frío o calor y con ventilación suficiente.

– Si está cubierto, escondido o no le llegan corrientes naturales de aire, no tomará una temperatura real de la casa, lo que supondrá un consumo mayor de energía o que no consigamos una temperatura cómoda en el hogar.

– Si el termostato está encima de una fuente caliente (como un radiador, un aparato eléctrico o está expuesto al sol) tomará una temperatura falseada, pensando que la temperatura en el hogar es mayor que la que realmente existe.
Pérdida de eficiencia
– La altura para colocar el dispositivo también es importante. El aire frío se sitúa en la parte inferior y desplaza el aire caliente hacia arriba, por tanto hay que buscar una altura media para ubicar el termostato. A una distancia de 1,5 m del suelo en una casa de altura libre de planta de 2,5 m es lo idóneo.

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– El termostato, normalmente, sólo controla si se ha llegado a la temperatura deseada o no, de modo que no hace que el sistema caliente o enfríe más rápido. Una idea errónea y generalizada es poner al máximo el termostato cuando queremos calentar la casa lo más rápido posible. No es lo más correcto ya que la temperatura máxima que permite el termostato es mayor a la de confort, por tanto, puede que en el hogar lleguemos a una temperatura cómoda pero siga trabajando la caldera.

Consejos eficientes

EN VERANO

  • Instala toldos, cierra las persianas y corre las cortinas durante el día, evitarás el calentamiento de la casa.
  • Ventila la casa cuando el aire de la calle sea más fresco (primeras horas de la mañana y durante la noche).
  • Un ventilador, preferentemente de techo, puede ser suficiente para mantener un adecuado confort.DIBUJO_05
    En caso de que sea necesario instalar un aparato de aire acondicionado ten en cuenta lo siguiente:
  • Los aparatos con etiquetado energético clase A son los más adecuados.
  • Fijar la temperatura de refrigeración en 25ºC.
  • Cierra las ventanas y puertas, mientras tengas el aire acondicionado encendido.
  • Coloca el aparato de tal modo que le dé el sol lo menos posible y que haya una buena circulación de aire. Si estuviera en un tejado cubrirlo con un sistema de ensombramiento.
  • DIBUJO_04Cuando encienda el aparato de aire acondicionado, no ajuste el termostato a una temperatura más baja de lo normal: no enfriará la casa más rápido y podría bajar la temperatura demasiado, ocasionando un gasto innecesario y posibles resfriados.

EN INVIERNO

  • Aísla la casa o el edificio, baja las persianas y durante la noche, cierra las cortinas, evitarás pérdidas de calor.
  • Baja el termostato de la calefacción entre 19º y 20ºC es más que suficiente para estar confortable.
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  • Mientras ventiles, apaga la calefacción.
  • Revisar puertas y ventanas para encontrar los sitios por donde se filtra el aire frío del exterior y buscar la forma más segura de impedir que eso suceda. En el caso de rendijas que por seguridad tienen que quedar abiertas (rejillas de ventilación o salidas de humo) el mejor consejo es dejar las puertas de esas habitaciones cerradas. De este modo se puede llegar a reducir hasta el 30% del gasto total de consumo energético.
  • Ventilación del hogar limitada. Con 10 minutos al día es suficiente, se renueva el aire de la estancia sin enfriar demasiado las paredes de la misma y evitamos perder calor que nos a supuesto un gasto económico generarlo. Durante el proceso de ventilación apagar la calefacción.Si la casa tienes ventanas en las que impacta la luz del sol (especialmente las orientadas al sur) mantener las persianas y las cortinas abiertas, y cerrarlas por la noche para reforzar el aislamiento y dificultar la transmitancia térmica con el exterior es una buen práctica.
  • Purgar los radiadores correctamente al menos una vez al año (preferiblemente antes de que llegue el frío a los hogares) se consigue mejorar el rendimiento de los mismos y reducir así el consumo de energía. Los radiadores de agua funcionan haciendo circular por ellos el agua que previamente ha calentado la caldera. Si hay burbujas de aire en ellos, éstas hacen resistencia a la libre circulación del agua e impiden que los radiadores emitan el calor de una forma homogénea.DIBUJO_07
  • No colocar la ropa encima de los radiadores para secarla. Ésta práctica hace llenar de humedad el ambiente y reduce la eficiencia energética de la calefacción, falseando la sensación térmica de la estancia y aumentando así el consumo energético.DIBUJO_08
    La temperatura ideal recomendada en el hogar durante el día está comprendida entre los 19ºC y los 21ºC y durante la noche lo ideal es mantenerla entre los 15ºC y los 17ºC. Temperaturas superiores a los 23ºC hacen resecar el aire del ambiente y provocan una sensación térmica incómoda. Hay que tener en cuenta que subir un grado la temperatura en la caldera supone un 7% de aumento en el consumo eléctrico.Las calderas individuales tienen la posibilidad de regular la temperatura interna del aparato. Esta temperatura puede variar según el fabricante de la caldera pero, como norma general, la temperatura idónea es de 70ºC. Esto ayuda a reducir pérdidas en la misma y evitar momentos de sobretemperatura y manchas en las paredes cercanas a la ubicación de la caldera.