Otra forma de clasificar los detectores es en función del grado de protección que proporciona cada uno de ellos.

El grado IP hace referencia al nivel de protección que ofrece la envolvente de cada detector. Las envolventes de los equipos eléctricos deben garantizar una protección contra el contacto eléctrico directo de las personas y una protección del propio equipo contra la penetración de cuerpos sólidos y líquidos, evitando así deterioros que puedan afectar a la seguridad de los usuarios o al funcionamiento y vida útil del aparato.

Dentro de la amplia gama de detectores ofrecidos, algunos de ellos cuentan con un alto grado de protección IP, para que puedan ser utilizados en determinados entornos con agua y humedad tales como vestuarios, duchas de polideportivos, fábricas… incluso en zonas exteriores, pudiendo también contribuir al ahorro de energía en estos ambientes.
El máximo grado de protección del que disponen alguno de nuestros detectores es el IP65.