Detectores de movimiento y presencia

Dentro de la familia de los detectores se distinguen a su vez dos tipos de sub-familias fundamentales, como son los detectores de presencia y los detectores de movimiento.

Las dos  principales diferencias entre unos y otros son la medición de la luz y la sensibilidad de los sensores de los que disponen cada uno de ellos.

En cuanto a la medición de la luz cabe destacar que los detectores de presencia realizan mediciones constantemente del nivel de luminosidad. Es decir, este tipo de detectores, en el momento en que detectan una presencia, encienden la carga luminosa que llevan asociada y a partir de este momento miden de forma permanente el nivel de luz natural de la sala, de tal manera que si en algún momento ese nivel de luminosidad es superior a un determinado nivel fijado el detector desconecta la carga luminosa que lleva asociada aún habiendo presencia en la sala. Su uso es ideal para estancias con presencia continuada y en las que hay aporte de luz natural, tales como oficinas, despachos, salas de reuniones… Con este tipo de detectores no solo se consiguen mayores ahorros energéticos, sino que también se consigue un ahorro en las emisiones de CO2.

En cambio los detectores de movimiento, solamente miden el nivel de luminosidad una vez tras la detección del movimiento, y en caso de que ese nivel de luz sea inferior a un nivel fijado, se enciende la carga luminosa que llevan asociados. Este tipo de detectores no vuelve a medir el nivel luminoso hasta que no sea desactivada la carga tras pasar el tiempo previamente fijado. De tal manera, que  si por ejemplo en una sala hay un nivel de luz natural suficiente pero el detector sigue detectando presencia, la carga luminosa seguirá permaneciendo encendida y no se apagará como ocurría en le caso de los detectores de presencia.

En cuanto a los sensores de los que disponen podemos decir que los detectores de presencia están dotados de unos sensores mucho más sensibles que detectan cualquier movimiento por mínimo que sea (un papel que se cae de una mesa, las hojas al salir de la impresora, el movimiento al estar trabajando en la mesa de la oficina…), esto se debe a que su zona de detección está dividida en multitud de zonas homogéneas.

En cambio los sensores de los que disponen los detectores de movimiento no tienen tanta sensibilidad, por lo que no son capaces de detectar movimientos tan minúsculos como ocurría en el caso de los detectores de presencia.

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Distinguimos dos tipos fundamentales de detectores: de movimiento, pensados para zonas de tránsito y fijados normalmente a la pared, y de presencia, pensados para sitios donde haya presencia de una forma más continuada, fijados normalmente en el techo. Su principio de funcionamiento es el mismo, habiendo pequeñas diferencias entre ellos que se exponen a continuación:

Detectores de movimiento

  • Reaccionan a movimientos mayores
  • Realizan una medida simple de luz – sólo en la primera detección
  • Especialmente indicados para exteriores aunque también pueden colocarse en interiores
  • Aplicaciones típicas en exteriores:
    – Entradas a garajes
    – Huecos de escalera
    – Parkings subterráneos
    – Entradas a edificios
    – Pasillos y corredores
    – Sótanos
    – Aseos

Detectores de presencia

  • Reaccionan a movimientos mayores
  • Realizan una medida simple de luz – sólo en la primera detección
  • Especialmente indicados para exteriores aunque también pueden colocarse en interiores
  • Aplicaciones típicas en exteriores:
    – Entradas a garajes
    – Huecos de escalera
    – Parkings subterráneos
    – Entradas a edificios
    – Pasillos y corredores
    – Sótanos
    – Aseos